Rabietas: el error que cometen el 80% de los padres

Por qué las rabietas no son el enemigo

Las rabietas forman parte natural del desarrollo infantil, especialmente entre los 18 meses y los 4 años. Son una forma de expresar frustración, cansancio o necesidad cuando el niño aún no tiene las herramientas para regularse.
Sin embargo, la mayoría de los padres comete un error que puede intensificarlas y prolongarlas en el tiempo.

El error más común: querer cortar la rabieta de inmediato

El 80% de los padres, sin darse cuenta, intenta acabar con la rabieta lo antes posible usando distracciones, amenazas o recompensas.
Esto envía un mensaje equivocado al niño:

  • Que sus emociones son algo malo que hay que eliminar.

  • Que no vale la pena expresarse si va a ser interrumpido.

A corto plazo puede “funcionar”, pero a largo plazo dificulta que aprenda a regularse por sí mismo.

Qué hacer en lugar de “apagar el fuego”

El objetivo no es eliminar la rabieta, sino acompañar al niño para que aprenda a transitarla y calmarse.

Claves para manejar una rabieta de forma efectiva:

1. Mantén la calma tú primero

Los niños regulan sus emociones a través del adulto. Si te alteras, la rabieta empeorará.

2. Valida lo que siente

Usa frases como: “Entiendo que estás enfadado porque querías seguir jugando.” “Es frustrante cuando no conseguimos lo que queremos.”

3. Pon límites claros

Validar no significa permitir conductas dañinas.“Entiendo que estés enfadado, pero no voy a dejar que pegues.”

4. Quédate cerca

Tu presencia física es un ancla de seguridad. Incluso si no quiere contacto, es importante que sepa que estás disponible.

Cómo prevenir rabietas innecesarias

No todas las rabietas se pueden evitar (ni se debe), pero sí puedes reducir su frecuencia:

  • Mantén rutinas estables de sueño y comida.

  • Anticipa cambios: “En cinco minutos vamos a bañarnos.”

  • Ofrécele opciones limitadas para que sienta que tiene cierto control.

El poder de acompañar

Las rabietas son una oportunidad para enseñar gestión emocional. Cuando en lugar de “apagar” la rabieta decides acompañar, tu hijo aprende que:

  • Sus emociones son válidas.

  • Puede confiar en ti para sentirse seguro.

  • Tiene recursos para calmarse con tu guía.

Si quieres aprender estrategias efectivas para manejar las rabietas y reducir los conflictos diarios, agenda una sesión conmigo. Te daré herramientas claras y adaptadas a tu familia.

Deja una respuesta