El desarrollo emocional de 0 a 6 años explicado para padres

Comprender para acompañar mejor

Los primeros seis años de vida son una etapa crucial para el desarrollo emocional. En este periodo, tu hijo no solo aprende a caminar o a hablar, sino también a reconocer, expresar y regular sus emociones.
Como padre o madre, entender estas etapas te ayuda a responder mejor a sus necesidades, reducir conflictos y fortalecer el vínculo familiar.  Aquí te dejo una guía rápida y práctica.

0 a 1 año: La base de la seguridad

Objetivo principal: crear un apego seguro.
En el primer año, las emociones se expresan sobre todo a través del llanto, la risa y las expresiones faciales. Tu hijo necesita saber, de forma constante, que sus necesidades serán atendidas.

Claves para esta etapa:

  • Responde rápidamente a su llanto. No “lo malcrías”, le das seguridad.

  • Míralo a los ojos y háblale con calma.

  • Favorece el contacto físico: brazos, caricias, piel con piel.

1 a 3 años: El descubrimiento del “yo”

Objetivo principal: aprender a expresar y nombrar emociones.
Aparecen las rabietas, porque el niño siente mucho, pero aún no sabe regularse. También empieza a decir “no” para marcar su autonomía.

Claves para esta etapa:

  • Pon palabras a lo que siente: “Veo que estás enfadado porque…”

  • Mantén rutinas claras: le dan seguridad.

  • Ofrécele opciones limitadas: “¿Quieres este juguete o este otro?”

3 a 6 años: El entrenamiento emocional

Objetivo principal: aprender a regularse y entender a los demás.
En esta etapa, el niño empieza a comprender que los demás también tienen emociones y que sus acciones pueden influir en ellas. Se desarrolla la empatía y la capacidad de autocontrol.

Claves para esta etapa:

  • Enséñale a esperar su turno en juegos y conversaciones.

  • Ayúdale a encontrar estrategias para calmarse: respirar, contar, ir a un rincón tranquilo.

  • Valida sus emociones, incluso si no aceptas su conducta.

Cómo puedes ayudar en todas las etapas

  1. Modela lo que quieres enseñar: si gestionas tu enfado con calma, él aprenderá a hacerlo.

  2. Escucha antes de corregir: cuando se siente comprendido, se abre más al aprendizaje.

  3. Celebra sus logros emocionales: no solo cuando aprenda algo “grande”, sino cuando diga “estoy triste” en lugar de gritar.

El desarrollo emocional no ocurre de forma automática: se construye día a día, con tu acompañamiento y ejemplo.
Recuerda: más que un padre perfecto, tu hijo necesita un adulto presente, que lo vea, lo escuche y lo acepte.

Si quieres orientación personalizada para comprender mejor las emociones de tu hijo y cómo acompañarlo, agenda una sesión conmigo. Te daré herramientas concretas adaptadas a tu familia.

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